domingo, 30 de marzo de 2008

Elfen Lied, de Lynn Okamoto (Phantasy II)

Continuando con las entradas de seguimiento basadas en manga, descubrimos esta obra, generosa en sangre, violencia. Pero eso no viene al caso, y atenderemos únicamente al argumento y a sus implicaciones con respecto a la asignatura.

Elfen Lied se basa en la existencia de unos seres humanos bastante especiales, localizados en nuestro propio mundo. Estos seres se conocen como diclonius (dos cuernos), debido a los dos apéndices que crecen en su cabeza. Además de este distintivo rasgo, son poseedores de un poder bastante especial: poseen unos brazos invisibles que nacen en su glándula pineal, vibrando a altas frecuencias (otorgando la capacidad de cortar rocas, huesos y otros resistentes materiales). Es gracias a estos brazos, llamados vectores, que los diclonius son capaces de reproducirse de la forma convencional o infectando a un humano al insertar dichos vectores en su cuerpo. Los futuros hijos de esa persona serán diclonius, de una variante llamada silpelit; a diferencia de los diclonius normales, los silpelits crecen el doble de rápido que los humanos y son estériles en el sentido convencional, pudiendo reproducirse sólo a través de sus vectores.

Pero no son los diclonius unos seres indefensos y amenazados; sino que son la propia amenaza: los diclonius pretenden crear un nuevo mundo, donde los humanos estén sometidos y esclavizados al poder de los vectores. Se crea una sociedad eugenésica, donde se pretende mejorar la raza y eliminar las debilidades a través de la infección y reproducción.
Además, se puede ver que dichos brazos invisibles, que no debemos confundir con poderes telequinéticos, son partes del propio cuerpo diclonius que nacen de la glándula pineal situada en el cerebro, como podemos apreciar en la imagen.

Como opinión personal, añadiré que esta es una obra que gusta bastante, ya sea debido a la morbosa atracción que ofrece la sangre; o bien por la generosa cantidad de desnudos que se ven, y que siempre son de agradecer para alegrar la vista. Y además, supone un replantemiento de las cuestiones eugenésicas y bioéticas.

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